Esta mañana recordamos a aquellos que han perdido la vida en las carreteras por accidentes de tránsito, uniéndonos al Día Internacional establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Todos los días, los medios nos traen noticias de eventos trágicos, detrás de los cuales se encuentran familiares y amigos en duelo cuyas vidas han cambiado para siempre. Por lo tanto, es un momento para recordar y reconocer que se debe hacer mucho más para evitar la pérdida de vidas.
Alrededor de 1,25 millones de personas mueren al año a causa de los accidentes de tráfico, además el 90% de los fallecidos se encuentran en países de ingresos medianos y bajos, que solo cuentan con el 54% de los vehículos matriculados. Estos accidentes son la principal causa de muerte, en su mayoría de peatones, ciclistas y motociclistas.
Por ello esta misa fue la forma de honrar a quienes han muerto o han resultado heridos en las vías. Al finalizar la homilía, los asistentes elevaron al cielo globos blancos con corazones azules, recordando a los fallecidos y simbolizando una promesa de evitar más desaparecidos.
Con este emotivo acto pretendemos llegar a la ciudadanía para que cada uno adopte actitudes positivas al movilizarse, volviéndose reflejo de una cultura vial segura para todos